miércoles, 5 de octubre de 2011

CRÓNICA DE TAFALLA-NAVARRA




CRÓNICA DE UN FIN DE SEMANA PARANOICO.

Café sin nombre. Esquina de la policía local. Nueve de la mañana. Se encajan las últimas piezas de Tetris, se apuran los cafés y se aplastan cigarros en el cenicero. Carretera y saco. Comienza el viaje.

En Tafalla Paranoia compartió su memoria colectiva. La misma que pasó de generación en generación, a golpe de palabra y de guión. Y allí estábamos. Con nuestra desmontable ventana al mundo (al nuestro) a punto de montar. Un agujero al que el escenario le queda bien. Resulta. Lo sabemos. Nos lo dicen veinte años. Se encienden los focos y con ellos la vida. Y suena la música que anuncia el inicio. En esta ocasión más inicio que nunca. Sin recordar el viaje ni el motivo por el que nos encontrábamos nosotros allí. Sin pantalones ni corbatas, pero con la paz de quien se sabe en casa. Porque la única forma de no sentirse visitante en una ciudad ajena, es cargar con el propio estadio en la furgoneta. Tomamos la mano de nuestros huéspedes y les invitamos a acompañarnos por los rincones de nuestro hogar. A que se iniciaran en nuestro grupo, a que desesperaran en los ensayos, a la vida entre bambalinas, a que danzaran, a que tiraran el guión al suelo y se unieran a la fiesta. La de los vivos, la de los muertos, la del amor y la poesía, la de los de Hospitalet... a la fiesta del teatro. Con premio final incluido y beneplácito divino. Las crónicas de prensa hablaron de 90 minutos, pero nuestros relojes parados impidieron confirmar la noticia.


Paranoia y Tafalla se hermanaron por un finde. Una boda sin papeles en la que no faltó nada de lo demás. Banquete de pinchos y vinitos (ron para los más atrevidos), risas y alegría, nuestros amigos, nuestra familia (hijitos y primos peques incluidos), bromas, chirigotas y hasta la mismísima Shakira moviéndose a ritmo de Waka-Waka. Que dios y nuestras mentes, la guarden siempre en la memoria. Y después... como toda gran fiesta que se precie, con nuestros recuerdos, nuestros olvidos y preguntas para las que todavía hoy, no tenemos respuesta. ¿ Estará la cámara de Xavi junto a la peluca?.

JuanCarlos Palacios, Miembro de Paranoia Teatre

1 comentario:

Susana B. dijo...

La cámara no sé si todavía estará por aquí, pero desde luego, en Navarra dejasteís huella, y mucha.
¡Que se abra el telón!